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domingo, 14 de diciembre de 2008

Cartas de Sara - La primera carta al despertar

Me mantengo fría como el hielo
en una noche en la que todo vale.
Nunca me dormiré en tus brazos
nunca más volveré mi cara hacia ti.
Te fuiste. No te perdí.

Me mantengo en brazos de otro
que sí me supo ayudar.
Nunca me quisiste, sólo era un juego.
Nunca te quise, sólo eras lo único que tenía.
Y dije que por ti moriría.

Me duermo en una noche fría
arropada por otro, igual
¿Me repetiste que me querías?
El viento hizo que tus palabras
desaparecieran con el mar.

Este fue ahora mi dulce despertar.
Sus labios bañaron mi mente
y me abrieron los ojos una vez más.
Y tú, tú te fuiste con otras.
Qué más me da.

Ahora llorar y perderse en cuentos
que sólo eran una historia para superar.
Ahora reír y encontrar lamentos
para otras atraer hacia ti.
Me da igual.

Me mantengo con vida con aquel
que quiso ver mi despertar.
Me mantengo y sólo juego
a vivir, nada más.
¿Verdad?

Me temo por no saber si es sincero
tengo miedo, por volver a caer
pero he decidido confiar
arriesgarme, nada que perder.
¿Eres para mí?


...Shena*
9-5-08

sábado, 13 de diciembre de 2008

Cartas de Sara

1ª Carta al despertar
2ª Carta al llanto
3ª Carta al dolor
4ª Carta al desengaño
5ª Carta a la alegría
6ª Carta al amor
7ª Carta a la incomprensión
8ª Carta a la ira
9ª Carta a la soledad
10ª Carta a la muerte


¿Por qué ese orden?

Todo empieza desde que abrimos los ojos, lloramos sin sentido, no sabemos que nos deparará, tenemos miedo de nuestro alrededor, de que nos hagan daño.
Al ir creciendo el dolor aumenta, hasta que te conviertes en un ser de piedra, fuerte pero a la vez débil, simplemente nos sentimos desengañados. Más adelante encontramos amigos de verdad, la alegría de vivir esos momentos es tan fuerte que los recuerdos dolorosos del pasado se tornan más débiles. Hasta ya casi no haces daño. Luego nace el primer amor, el amor verdadero, ese mito que cubre nuestros días con un velo transparente y tan doloroso como la muerte. Vuelve a provocar esa sensación de tristeza, dolor, incomprensión... al no ser correspondido. Y de nuevo comienza un nuevo ciclo más maduro, en el que la ira come todo, absolutamente todo, destruye los lazos con la gente que quieres y no te queda nada.

Soledad. Y muerte.


Sara
13-5-08

viernes, 12 de diciembre de 2008

El príncipe que se convirtió en animal

Bueno, qué decir salvo que a este relato que escribí hace tiempo le tengo muchísimo cariño. Espero que lo disfruteis tanto como yo escribiéndolo^^


Como un último suspiro la lluvia moja su cama. Se levanta, intranquilo, por el calor que hace, y sin embargo no suda, sus ojos lo hacen todo por él. Porque ¿qué son sino las lágrimas más que gotas de sudor? Se acercó a la puerta de su habitación, la abrió suavemente y el viento le meció. Sus atuendos no eran otros que los de un príncipe, allá por el año 2000... ¿Qué pasaba? Que los príncipes no existían, él era un simple humano. Y el pequeño muchacho al ver que era como los demás, decidió alejarse de la realidad para ser diferente.

Empezó a traer problemas a los de su alrededor, empezó a tener peleas, empezó a matar. Y ahora es uno de los más conocidos criminales en un mundo que el mismo se creó.

¿Y sabéis por qué decidió hacer eso? Porque nadie le daba amor, porque le odiaban y aprendió a odiar y a ser odiado, como un perro al que se le enseñan a morder, y a matar... Así que ahora el príncipe no era más que un animal salvaje que necesitaba cariño. Y que nadie le daría jamás por miedo a su carácter, a su "poder". Su rabia lo había consumido.

Acabó en prisión y durante mucho tiempo se reveló contra policías, agentes... contra su propia familia. Un día acabó con todo. Se había cansado de vivir. Sin embargo no lo consiguió, alguien de su misma celda se había dado cuenta de lo que intentaba el tiempo suficiente como para evitarlo. El hombre, enfadado por no haber conseguido morir, empezó a gritar a su otro acompañante de celda y éste ante tal reacción sonrío.

Su sonrisa fue tan cálida que el hombre paró de gritar, y se sentó junto a él. De repente, el otro comenzó a contarle porqué se encontraba en esa celda. Le habían condenado a muerte por algo que él ni siquiera había hecho. ¿Era eso justo? El hombre aprendió que no era justo. Poco a poco fue pidiéndole detalles, y al final, el hombre averiguó que era su propio hermano, y que, por defenderle de una muerte segura, se había sacrificado él para darle una oportunidad. Quería que fuera feliz, que viviera. Su hermano no daba crédito a lo que oía.

Y el día antes del sacrificio, ese hermano le dijo a aquel hombre:
-¿Sabes por qué sonrío? Porque ya he llorado suficiente. Siento no haber estado contigo cuando llorabas en tu habitación de pequeño, siento no haber podido ayudarte en nada. Mi trabajo lo era todo para mí... hasta que descubrí que no era eso lo que quería hacer con mi vida. Por eso ahora... te doy todo lo que puedo darte. Mi vida. Cuida de mis hijos, de mi mujer, cuídales y no hagas como yo hice contigo. Sé feliz.

Poco después un último gritó cesó en la sala y aquel hombre lloró. Realmente había aprendido a querer, había aprendido a no odiar... había aprendido a querer ser feliz.

Me pregunto si algún día lo conseguirá....


Sara. 28-07-08

Cosas irremplazables

Cualquier dato que pueda parecerse a la historia de alguien es totalmente coincidencia, puesto que no está basada en hechos reales.



Diario de Lia - Diciembre 2007

Era una niña muy pequeña y muy caprichosa. Cuando me enfadaba, creía que bastaba con romper cosas, gritar o no hablar. Mis padres no me habían enseñado lo contrario. De hecho, mis padres no me habían enseñado nada. Siempre parecían estar todos bien y sin embargo, lo único que intentaban era ocultar toda la verdad. Aún hay cosas que no sé, cosas que ni me imagino que han pasado, cosas que no voy a saber porque nadie se atreve a nombrar. Siempre he estado al margen, siempre. En cualquier lugar, en cualquier sitio, en cualquier grupo o ambiente; pensé que nunca más volvería a recuperar mi vida. Porque aunque estuviera viva estaba completamente muerta. No hacía ninguna falta aquí, o al menos, así me hacían sentir.

Fueron tiempos dificiles, y nunca los olvidaré. Estaba enfadada conmigo misma, con el mundo, me gustaba aislarme a pensar sobre el futuro. ¿Qué me depararía? ¿Lograría volver a la realidad? ¿O es que quizá esa era MI realidad? Lo era, y decidi rendirme. Decidí no volver a hablar con nadie, a esconderme en un rincón observando a los demás. Cada vez tenía menos hueco para lograr hacer amistad con alguien, pues todos estaban muy unidos y yo, que también habia estado toda la vida con ellos, no tenía a nadie. Me dolía el saber eso, pero lo aceptaba. Y queriendo o no, empecé a pensar que todo lo que ocurría era culpa mía.

Un día, parte de eso cambió, y aunque seguía sufriendo apareció una persona que me hacía pensar en otras cosas. No podía curar el daño que me habían hecho, y quizá nadie pueda reemplazar ese daño por mi felicidad. Porque, al contrario de los peluches, los trozos de madera, los platos, los vasos...hay cosas que al romperse se clavan en tu interior y no calman tu enfado. Pagué parte de esa ira con la gente de mi alrededor casi perdiendo todo lo que había ganado...

Estaba enfadada, traté de romper lo primero que tenía a mano, como me enseñaron pero...fue entonces cuando aprendí por mí misma que...no todo lo que se rompe se puede reemplazar.

Comencé una nueva vida, empecé a "revivir" poco a poco. Cada vez me costaba más entender a la gente de mi alrededor. El ambiente no cambiaba, y aunque yo sabía que había cambiado, sabía que a ellos aún no les habia llegado la hora de hacerlo. Por eso, decidí huir, no por miedo, sino por intentar cambiarlo todo. Quise deshacerme de aquel lugar, de aquella gente que me amargaba. Quise desaparecer, pero no pude. Había algo que me decia que debia seguir adelante, que debia enfrentarme y esta vez, todo iba a ser distinto. Confié en mí misma, y al lugar donde llegué, ya era realmente la persona que soy ahora. Me fue bien todo, conocí gente nueva, aparecieron antiguos amigos que nunca pensé que volvería a salir con ellos como antaño.

Y me alegré tanto de este cambio que ahora...puedo decir que soy feliz. Puedo al fin decir, que me alegra haberles conocido, que me alegra que estén ahí siempre que les necesito. Me hacen feliz. Puedo reflexionar sobre mi anterior vida, por así decirlo, y puedo ver un gran cambio, no sólo en mí sino en mi alrededor.

Empiezo a comprender lo que es el daño, lo que es la gente buena, la mala, y aunque no juzgue, lo sé. Lo sé porque lo he experimentado demasiado como para no darme cuenta. Aunque no lo suficiente como para evitarla. Ahora y hasta que me vaya de aquí, no quiero que nada cambie. Mi vida está bien asi. Está más estable, estoy mejor. Estoy muchísimo mejor.

Y también puedo reconocer que...te he querido mucho durante todo este tiempo pero...ya te he olvidado. Eso también me sienta bien. Al fin lo he superado. Al fin me he logrado separar de ti. Y ojalá no vuelvas a aparecer, ojalá no vuelva a saber nada de ti. Eso solo serviría para hacerme daño otra vez.Así lo escribo, y así lo siento.

Texto escrito por: Sara

jueves, 11 de diciembre de 2008

Leed con atención ^^U

Es que no hay cosa que más me moleste que poner un texto y que firmen algo que ni viene a cuento... T_T

Asi que aqui va mi discursito:

Por favor, pido comentarios con respecto al tema del texto, no con que el fotolog sea bueno o no. Gracias por tu aportación de todas maneras, pero preferiria que se leyera y comentara mi reflexión (cutre) pero reflexión al fin y al cabo.
Para firmar cosas asi:www.fotolog.com/gothik_shena



(asi incitas a la gente a firmar ¿no? Pues no va con esa intención, la verdad...es que intento tener un blog serio -__-)

Y esto es la pura realidad...

Porque claro, si todo lo que empieza acaba, ¿para qué se empiezan las cosas? Vale, pregunta estúpida, debo admitirlo, pero es que es cierto. Y para colmo luego hay quejas, muchas quejas, demasiadas, es agobiante, es tirriante, es tan sumamente absurdo que tiene sentido. Porque lo tiene, oh sí, realmente lo más absurdo es lo que tiene razón de ser.

Y es que el otro día me contaron una anécdota graciosa sobre un hombre que era feliz, pasara lo que pasara, porque era tan basto que todos le aceptaban por ser así. ¿Y ahora me vienen con que hay que ser inteligentes? ¿Que hay que pensar para ser felices? ¿que hay que reflexionar sobre la vida y más virguerías así? No señores, por supuesto que no. Los tontos son felices, puesto que en su mundo no existe la tristeza, asi que les invito a que todos seamos tontos, pero... no tontos tontos sino tontos felices.

Y dejarse ya de tanta payasada de reflexión, de que hacer con su vida, de que bien me siento hoy y que mal mañana. ¡A vivir como tontos, a vivir!
Porque ¿sabeis? Los considerados tontos son efectivamente, más inteligentes que el resto de la multitud, porque han elegido ser diferentes, saben que son diferentes, saben respetar, saben guardarse las malas actitudes y sobretodo... ¡saben hacerse los tontos para ser felices!

Esa es la mejor manera de alcanzar la meta. Estar en un mundo donde haya gente, mucha gente, y todos sean más tontos que tú. Porque ya se sabe que...en el país de los tuertos, el ciego es el rey (lo dije al revés aposta, el que no ve es porque no quiere ver en este caso, puesto que bueno...sobra mirar de más la mayoría de las veces)


Sara.
11-12-2008

martes, 9 de diciembre de 2008

¿Y tú? ¿También quieres ser escritor?

El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar. ¿No es así? Yo escribo para explicarme lo inexplicable, y para darle una visión diferente a la realidad, para que la gente disfrute leyendo, para que la gente sueñe, para que no pierdan las esperanzas de vivir.

Y es que sabes que no te puedes comparar con los demás escritores pero eso no importa. Que ellos se jacten de las páginas que han escrito; yo por mi parte, me enorgullezco de las que he leído. Lo que realmente marca como es alguien, no es ni tan siquiera lo que escribe, sino lo que ha leído para poder escribir cosas como esa.

También es cierto que la lectura de otros escritos, o simplemente historias, no dan sabiduría. Dan conocimientos, y eso es lo que realmente les separa de los filósofos que sólo intentan explicar una realidad. Los escritores juegan con varias a la vez, pero nunca pierden la real. Esa es la verdadera magia de un escritor.

Con esto, tan sólo quiero decir que cualquiera podría ser un buen escritor. Hay gente que nace con un don. Eso es totalmente falso, ya que, si naces con ese supuesto don, si no lo usas, ¿de qué sirve? La gente escribe sobre sus experiencias y todos los escritos serán totalmente válidos si son escritos con sentimiento y experiencias vividas. O simplemente con la otra realidad, antes dicha, con la que plasmar la idea principal. De ahí nace el don de un escritor.

"Al escribir proyectas un mundo a tu medida". Una gran frase dicha por el famoso escritor Gabriel García Márquez que simplemente resume todo lo que he intentado reflejar anteriormente. Si realmente quieres decirlo, sólo tienes que sentirlo. Y si quieres ser feliz, sólo tienes que escribirlo. Escribirlo desde tu propia realidad, creando tu propio mundo de caos o de decepciones, o en caso inverso, de felicidad y amor, sin importarte si es bueno o malo, sin importarte lo demás, sin importar ese "don" que pareces no tener. Si lo intentas lo conseguirás.

A mí esa idea me parece bien, ¿y a ti?...


Sara.


][~La poesía se escribe cuando ella quiere~][